Si bien Ego en sus comerciales toca un buen punto al dirigirse a la parte racional de los hombres y presentarse como un champú que tiene las dos características que realmente nos llegan a importar: evitar la caspa y prevenir la caída del cabello; no entiendo porqué un hombre se cambiaria de champú y empezaría a usar un Shampoo for men.
Pregunto ¿Cuál es el problema con usar el champú rosadito? Recordemos que Ego sólo evita la caída y previene la caspa, mientras que el champú rosadito evita la caída, previene la caspa, deja rizos definidos, negros bien negros y el cabello olor a lavanda, que si las últimas tres no sirven para nada, ¡cierto!, pero son tres acciones más.
Otro punto a tratar sobre Ego es el precio, este cuesta $4.500 pesos, ahora ¿cuánto cuesta el champú rosadito? ¡no tengo la más mínima idea!, no tengo la necesidad de saberlo ¿Por qué? porque a diferencia de Ego, el cual voy a usar yo y por lo tanto me toca comprarlo de mi plata, el champú rosadito lo compra la mujer de la casa, sea hermana, mamá, novia, esposa etc., y al final quien resulta usándolo sin pagar un solo peso es usted, el verdadero hombre, el oportunista que se ha ganado las cosas no a punta de fuerza bruta y concursos de cerveza como el “hombre Ego”, sino sabiendo aprovechar las oportunidades que le da la vida y no gastando la plata en vano. Pongámoslo de una forma en la que todos entendamos más fácilmente usando una medida muy familiar para nosotros, $4.500, a $1.500 la cerveza son 3 cervezas que se dejo de tomar por comprar ese estúpido Shampoo for men que al final más que convertirse en un símbolo de masculinidad resulta siendo una muestra de vanidad.
A continuación, una foto muy casual mía disfrutando un poco de lectura ligera mientras tomo una cerveza y disfruto de un buen habano con mi cabello abundante y libre de caspa no gracias a Ego.