jueves, 15 de abril de 2010

ALTAMENTE CONSULTORIO.

Muchos de mis lectores enviaron muy recatadamente sus preguntas y temores más personales en busca de un poco de mí falta de sabiduría. He decidido responder a su llamado haciendo públicos sus problemas.

Escribe Igor Igormakarov desde Нижний Новгород con la siguiente inquietud:

Querido Altamente Hp.
Hace varios meses recibí una oferta de trabajo en Estados unidos. Este es el trabajo de mis sueños, además el salario es muy bueno y las oportunidades que tendré en el futuro son muy importantes en mi desarrollo profesional. Sin embargo, mi esposa no quiere irse del país y dejar a su familia. ¿Qué debería hacer?


Querido amigo Igor, al haber hecho mi doctorado acerca de Нижний Новгород entiendo la difícil situación por la que estás pasando. Pero te estás desviando de lo importante, un trabajo lucrativo y un futuro prometedor más que asentar las bases de una familia atrae una gran cantidad de mujeres. Como el mismísimo señor lo dijo alguna vez: “atrévete y come de la manzana”.

Ahora, escribe Sexy Paola Asilvestrada con la siguiente inquietud:


Amado Altamente Hp.
Desde la semana pasada tengo malestar general, fiebre, dolor de garganta, estornudos y mocos. Creo que es una señal de que las profecías de Nostradamus y el día del juicio final se acercan. ¿Cuál podría ser el diagnóstico?


He debatido el tema con mi amiga de la infancia la Señorita Wikipedia, la afamada Wikipedia, bendita Wikipedia, omnisciente Wikipedia. Según ella hay 571 posibilidades, pero hemos decidido que tienes forúnculos, rozaduras, síndrome de las piernas inquietas y quizás algo de mal olor corporal.


Ahora, escribe Rosco González con la siguiente inquietud:

Don Altamente Hijueputa:
Su actitud es muy molesta. Usted se cree la persona más importante en el universo. Además, cree que eso le da el derecho de criticar a todo el mundo. Pareciera que su vida fuera perfecta y que usted no tuviera ninguna dificultad. Le pido que sea más humilde en sus escritos.


Rosco, no es cierto que mi vida sea perfecta, claro que tengo muchísimas dificultades todos los días. Por ejemplo, al salir de mi mansión una muchedumbre de mujeres se me acercan pidiéndome que sea el padre de sus hijos, eso me pone en una situación muy incómoda. Tengo que rechazarlas y no entienden que como simple súper-humano común y corriente solo puedo tener siete novias a la vez como es lo normal, mentirle a ocho mujeres plantea un dilema moral muy grave. Estas súper modelos-actrices creen que por ser sexis y millonarias yo me voy a casar con ellas, pero no es así. Apiádese de mí y no me critique por ser su superior.

Finalmente, escribe Aitor Tilla con la siguiente inquietud:

Señor altamente Hp.
Soy tu más ferviente lector, tu falta de ignorancia ha mejorado mi vida considerablemente. Te escribo porque quiero tu consejo para preparar mi receta favorita de la infancia pollo con salsa de naranja. Pero no puedo conseguir naranjas. ¿Con qué otra fruta puedo reemplazarlas?


Querido amigo Aitor gracias por tus palabras amables, claramente tienes un trauma de la infancia acerca de tu padre a quien haz sustituido por una receta de cocina. Las naranjas son una metáfora acerca de tu latente homosexualidad y tu dificultad para aceptarla y conseguir compañeros con quien compartirla, mi recomendación es que seas sincero contigo mismo.
También por la distribución de comas que utilizaste en el escrito puedo ver que te gustan las prácticas dendrofílicas, por favor detente.


La “superación personal” es ¡ALTAMENTE! Hijueputa.

jueves, 1 de abril de 2010

SOBRE LA JUSTICIA DIVINA

-->
Si algo nos han enseñado las películas de semana santa es que Dios es vengativo. Recordemos a Moisés matando a los desgraciados egipcios con las aguas del mar Rojo. No, no era suficiente con enviarle 10 plagas acabando con su sistema productivo, tenían que celebrar la muerte de miles de soldados inocentes que solo seguían ordenes del faraón. Éste es un claro ejemplo de justicia divina: el hecho de no cobrar justicia por manos propias delegando este trabajo a una deidad todo poderosa, la cual se encarga de dar a cada quien lo que se merece. En otras palabras, es una de las mejores excusas que se ha inventado el hombre para salirse con la suya sin hacer absolutamente nada.
¿Para qué gastar tiempo y energía arreglando meticulosamente cada detalle para el asesinato de la esposa, hijos, madre, padre, hermanos y pez dorado de aquel tipo que se acaba de apropiar del último puesto disponible del Transmilenio*? Cuando, sin la necesidad de levantar un solo dedo, tiene a alguien que haga todo el trabajo por usted. Así es que se puede hablar de la justicia divina como la herramienta de venganza del perezoso, y ¡qué gran herramienta! pues ¿qué mejor emisario de desgracias sino Dios? Quien, si no puede quitar el hambre del mundo, por lo menos servirá para romperle el cuello a algún desafortunado (pero culpable) infractor de tránsito.
Para algunos este término les será familiar con el nombre de karma, el cuál actúa de una manera más o menos similar, solo que el karma es una energía invisible que nos rodea a diferencia de la justicia divina donde Dios en su infinita omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia, nos observa (cuando no está distraído viendo a Mónica Bellucci desvestirse) presto a distribuir desgracias o premios a quien se lo merezca. Yo por mi parte me inclino más hacia el término justicia divina, pues me gusta la idea de un tipo invisible que me mira desde el cielo en todo lugar y a toda hora, me da un cierto placer de tipo voyerista – exhibicionista.
Aprovecho la oportunidad para terminar diciendo que aquel quien hurto ciertos CD’s de música míos, hace un tiempo, ha de saber que tiene un rayo con su nombre escrito en el cielo listo a partirle la cabeza en cualquier momento, y por esto, a Dios mil gracias.
La vengaza es ¡ALTAMENTE! Hijueputa.
-Ver anexos. (comentarios