domingo, 15 de agosto de 2010

Altamente controversia.

Ante la inminencia de la próxima copa mundial de futbol de Brasil 2014, a tan solo 1500 días, he deicidido plantear algunos comentarios que tengo contra los criticones a la FIFA. Los llamados “expertos” se atreven a cuestionar la reglamentación actual, la cual prohíbe la repetición de jugadas dudosas en los estadios. Sin embargo, la FIFA continúa en su obstinación por impedir cualquier modificación a sus dogmas sagrados. La controversia no termina ahí, pues, algunos (en su mayoría perdedores: Irlanda, México, Inglaterra, etc.) han llegado a afirmar que el resultado de los partidos no depende únicamente de los errores del director técnico, sino que las decisiones de los árbitros son las culpables de las dulces victorias de unos y las humillantes derrotas de otros.


El primer reproche por parte de los “expertos” es sobre cómo árbitros y jugadores incurren frecuentemente en acciones polémicas. A partir de éstas – alegan los grandes sabios- se pueden decidir momentos cruciales de un juego, desde el lanzamiento de la moneda al principio del partido hasta la adición de 1 ó 2 minutos al final. La propuesta es instalar una pantalla en el balón o un chip en los guayos del juez de línea, para que informen con exactitud cuando fue gol, solucionando así cualquier disputa con una simple repetición de las jugadas.


Resta decir que las verdaderas razones para la obstinación de la FIFA se deben atribuir a ciertos desquiciados a los que se les subió el poder a la cabeza. Además, si se permitieran las repeticiones en los juegos oficiales se estaría eliminado el errar que, hasta donde tengo entendido, es un comportamiento natural en ustedes los humanos. Finalmente, no podemos olvidar el fundamento último para impedir la solución de si fue o no penalti aquí y en la China: todos los hombres sin excepción tienen precio y por ende son corruptibles.


Ser un árbitro corrupto es ¡ALTAMENTE! hijueputa.