Extranjero en el país.

Un amigo extranjero vino al país de vacaciones por 2 semanas y le ocurrió lo siguiente:

1. Le robaron su equipaje.
2. Quedó atascado en el tráfico por horas.
3. Lo estafaron.
4. Se intoxicó con la comida.
5. El clima lo obligó a quedarse en el hotel la mayor parte del tiempo.
6. Le hicieron un secuestro exprés.
7. Perdió su celular y lo usaron para llamar al exterior por horas y horas.
8. Se contagió de sífilis.
9. Se vio obligado a alargar su viaje 3 meses para poder recibir sus documentos de las lentas entidades del gobierno.

Al final continuaba afirmando que eso pasaba en todos los países, pero que él se llevaba una buena imagen de la gente: cordial, amable, servicial, atenta y respetuosa.

Ser amable con los extranjeros, no por amababilidad, para sacarles cosas y cobrarles en dólares por todo es ¡ALTAMENTE! hijueputa.

Aprenda a medir.

¿Puede haber alguien más idiota que aquel que explica el tamaño de algo utilizando medidas del tipo “es igual a 3 campos de fútbol”? Es necesario hacer comparaciones tan tontas. Acaso somos imbéciles o padecemos de demencia y 150 metros es una medida incomprensible y “4000 empleos directos y 2500 indirectos” es más fácil de entender que  un simple valor en dólares.

Todo aquel que juega con las medidas está poniendo en evidencia su homosexualismo latente. Por ejemplo, los que hacen medidas con la altura de la torre Eiffel son tan retrasados como 33 scienciologístas durante una falsa profecía del fin del mundo. Pareciera que su trabajo es tan insignificante que dedican el tiempo de la siesta en el baño, del cigarrillo con los colegas, del sexo ocasional con la recepcionista y del porno en revisar cuantos elefantes en fila caben en 5 kilómetros.

Medir distancias con objetos y no con unidades de medias normales es ¡ALTAMENTE! hijueputa, es decir, el equivalente a 6 ¡EMINENTEMENTES! hijueputas.