Debo admitir que como muchos otros comparto una cierta fascinación por las películas de terror en donde un extravagante asesino se encarga de perseguir por hora y media a jóvenes atractivos e indefensos, después de todo ¿quién no lo ha hecho, al menos una vez? Y, si la película es buena tendremos de bono a una que otra chica en topless. Cómo no estar fascinado de estos célebres homicidas: Freddy Krueger, Jason, el tipo de la máscara en Halloween, el tipo de la máscara en la masacre de Texas, el tipo de la máscara en Scream o cualquier fetichista enmascarado amante de la sangre y el gore; todos ellos con una altura y contextura considerables, música escalofriante de fondo y armas corto punzantes capaces de provocar incontinencia en dios (no en mi).
En contraste con estos superasesinos que veníamos viendo desde hace un buen rato, la era actual, la misma que nos trajo la depilación del pubis y a Dwayne “The rock” Johnson, nos trae ahora a una niñita en el lugar de estas despiadadas maquinas de matar, estoy hablando, como deben haber notado, de El Aro. Yo recuerdo esta película porque no encontraba creíble que personas adultas corrieran asustadas de una niña EMO que no aparenta más de 12 años ¿será acaso que yo me equivoco y sí había algo que temerle a esta niñita prepúber? IMPOSIBLE: yo nunca me equivoco. Siendo así las cosas decidí entrar a un salón de clase y salir de mis dudas. Efectivamente, de un solo golpe noqueé a una niña pequeña, cosa fácil cuando se tiene un bate y suficiente alambre de púas. Entonces, ¿por qué esta gente no hace lo mismo? Incluso Chucky, un muñeco de 50 cms salido de un programa infantil, parece más terrorífico.
Mi conclusión es que este mundo se está convirtiendo en una gran bola de defecaciones en donde el criterio y juicio de los directores de cine se han vuelto tan dudosos como la sexualidad de un japonés.
Llegar al purgatorio y encontrarse con gente decapitada por Jason, descuartizada por Krueger y desangrada a causa de múltiples puñaladas a la entrepierna por Chucky (es bajito pero mortal) para decir que a uno lo mató ahogado una niñita es ¡TOTALMENTE! vergonzoso y es ¡ALTAMENTE! hijueputa.
