miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡Altamente! previsivo.

Voy a ser directo, voy a ir sin rodeos, no quiero enredar las cosas con palabras bonitas que adornan mensajes vacios y sin sentido. Aquí me expresaré de manera clara y concisa, lograré que mis lectores queden convencidos aunque no queden convencidos. No busco generar un amplio debate respecto a la idea central de este documento; lo que busco es presentar una máxima de carácter dogmático e irrevocable. Sin más, le doy paso a los pensamientos y rápidamente termino esta valiosa, importante, relevante y desestresante introducción. Finalmente recuerdo a mis apreciados y queridos lectores que son libres de expresar sus opiniones en este fenomenal, maravilloso, excelso y trascendente medio masivo de incomunicación. ¡Basta de preámbulos! Lo idóneo sería haber previsto de forma sagaz lo inútil de este párrafo. Siendo así, les aconsejo que regresen al principio del texto y eviten leer estas hermosas pero a la vez agradables líneas de ignorancia que os presenté.

***

La alcancía es el invento más tonto del mundo. Si yo quiero ahorrar simplemente ahorro y punto, pero por qué diablos voy a poner monedas en un tarro. Lo que se evidencia es falta de carácter. La inversión en la alcancía es en sí misma una pérdida de recursos. Y afirman estos tontainos, pedazos de bolonios “Yo ahorro sin darme cuenta”. A quién diablos quieren engañar ¿sin darme cuenta? ¿Cómo es eso posible? Acaso sufre de Alzheimer o retraso mental avanzado. No sean ridículos, una persona constante y ordenada en sus finanzas y negocios (chuecos) sabe cómo ahorrar y defraudar al fisco. Es ilógico creer que una seudo-herramienta como la alcancía puede ayudarnos en la innecesaria tarea de ahorrar.

Ahora, suponiendo que este utensilio funcionará me pregunto ¿para qué diablos voy a ahorrar? Será que fabrican monedas de €1000 para pagarme mis estudios universitarios o comprarme un auto de formula 1. Y voy a llegar a comprarme una casa con 200 alcancías. Señor vendedor si quiere cuente las monedas que está completo, 100.000 dólares en monedas de quarter (25 centavos, para los ignorantes que no saben). Y esto es lo fundamental, el motivo por el cual se ahorra debe ser lo primero que se define no lo último. O terminan comprando el álbum de Paris Hilton (así es, se atrevió a cantar, no fue suficiente con su best seller One night in Paris).

Es triste que alguien sufra por meses evitando desperdiciar sus monedas en gustos menores como un cigarrillo, una goma de mascar, un dildo, un porro o un blowjob para poder “invertirlas” en otro de los pasajeros y banales inventos de nuestro amigo Phil de mercadotecnia.

Ahorrar en vez de endeudarse es ¡ALTAMENTE! Hijueputa.