jueves, 1 de julio de 2010

ALTAMENTE DESCONOCIDO.

Quienes creían que el origen del Chocapic era la mayor intriga de la humanidad se han equivocado. Existe una incógnita más turbia que el origen de todos los Kelloggs juntos. Para los que estén pensando en la infinitud del universo, el fondo del mar o la sotana del papa, déjenme decirles que se equivocan, que son unos ignorantes y que merecen un castigo de la justicia divina. El lugar más desconocido e inalcanzable por el hombre es: el bolso de una mujer.

Todos tenemos defectos internos, pero, ¿qué debemos hacer con ellos?, ¿enfrentarlos y superarlos? ¡No!, entre las muchas cosas que cargan las mujeres en el bolso esta la solución a un interior feo. Lo que se necesita es mucho maquillaje para parecer bonito en el exterior. La mente femenina, como claramente lo demuestran estos artilugios, es brillantemente superior.

¿Y por qué es esto inalcanzable? Pues porque va más allá de un simple accesorio físico, es una prueba del superior desarrollo evolutivo de la mujer, desarrollo que sorprende al convertir una llave, objeto totalmente inerte a manos de un hombre, en toda una obra de arte digna del Louvre. Esto se logra con la simple adición de un llavero: montoncito de felpa rosado y con ojos que brilla en la oscuridad; algo que no se le abría ocurrido ni al mejor de los científicos de la NASA.

Así que, ¿qué es lo que hay en el bolso de una mujer?
En realidad varía dependiendo de la situación. Por ejemplo, si necesita ir a la tienda de la esquina a comprar la nueva TV y novelas llevará, en primer lugar, un paquete de comida ya que en el camino puede darle hambre. Además de esto requerirá de un cepillo, una plancha y crema para el cabello; dios no quiera un poco de viento le estropee su súper-peinado. No nos olvidemos del maquillaje, nunca se sabe en dónde harán casting para Gata Salvaje o Pecadora. Para leer de dos a tres libros: Iniciándose en el cigarrillo, Los efectos negativos del tabaco y Deje de fumar en 10 pasos sencillos de 15 minutos. Igualmente, el frasco de perfume, esencial para superar cualquier inseguridad. Pimienta, pues necesita algo para enfrentar a los rufianes que puedan aparecer (cargan el condimento, no el gas, pero nadie las corrija, con eso se sienten seguras). Unas pastillas para el dolor de cabeza son imprescindibles, dado que la más mínima cosa puede ser un detonante. Y solo por precaución, un cuaderno de notas, 20 bolígrafos, 5 borradores, compas, transportador, discos vírgenes, sombrilla, gafas de sol, celular, secador de pelo, bloqueador solar, un dildo y las siempre necesarias bolitas de algodón. (No se sabe para qué son útiles pero son necesarias).

Se podría afirma que el bolso las prepara para salir con seguridad de su casa, pero los problemas no desaparecen ahí. Aún queda una situación terrorífica que nos recuerda que el pánico más grande que una persona pueda experimentar no es ni el infierno ni ser detenido por los testigos de Jehová mientras se tiene 20 laxantes listos a salir por el extremo terminal del tubo digestivo. El pánico más grande es el de una mujer buscando su celular en ese inconmensurable abismo de refinamiento. La expresión de terror y la necesidad de vaciar todas las chucherías que ha depositado me hacen recordar la importancia vital de líneas de atención tipo 123 o 911.

Y por eso es que mientras los ginecólogos ocupan su tiempo en curar el cáncer vaginal, las ginecólogas se ocupan en hacer tampones con canales de flujo, pues lo primero no lo pueden cargar en el bolso.




Llegar a la tienda de la esquina y acordarse de que dejaron el dinero es ¡ALTAMENTE! hijueputa.

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