Solía creer que los diálogos de las películas pornográficas eran las excusas más tontas que alguien podía imaginar para hacer algo. Esta clase de conversaciones pertenecen al cine X3 ya que no hay verdadera narración, solo escena tras escena de excusas novelescas en un mundo ficticio. “¡Oh! Llegó el tipo de la pizza” “¡Oh! Llegó el tipo de la comida china” “¡Oh! Llegó el tipo del pollo frito” “¡Oh! Llegó el tipo del pato pekinés”. No muy convincente, pero adecuado para las capacidades actorales de sus protagonistas. Después viene lo inevitable: dos brasileñas y una copa (¡Puaj, ya me dio cosa!). No obstante lo absurdo del parloteo, es esperado y aceptable. Es cuando estos diálogos llegan a la realidad que pienso que si los animales pudieran hablar lo primero que harían es burlarse de los humanos. Os hablo aquí de las fotos: fotos, fotos, fotos y más fotos. “¡Uy! Sonó el teléfono” Toma una foto. “¡Eh! Un error de ortografía en Internet” Tomemos una foto. “¡Guay! Un político corrupto” Tómale una foto.
Es que aman retratarse, y no importa tener 200 GB de fotos que nadie jamás verá, lo importante es superar el record personal con otros 2000 GB. Es como si trataran de ganarle al Alzheimer. ¡Qué previsivos! guardando todos los momentos de la vida, relevantes momentos, antes de perder la memoria.
No termino sin antes agradecerle a Phil de mercadotecnia, quien nos regala cámaras fotográficas de última generación que automáticamente capturan el momento cuando estornudamos y en la mejor resolución: 300 mega pixeles. De esa manera no perdemos ningún detalle, ni la más mínima quemadura, mancha, hendidura, forúnculo, cortada, protuberancia, arruga, lunar, espinilla, resequedad, y en fin, ninguna de las imperfección de nuestra cara, todas ellas dignas de ser publicadas en Internet. Porque seamos honestos, no hay nada más sensual y romántico que un primer plano con ojos rojos.
Es que aman retratarse, y no importa tener 200 GB de fotos que nadie jamás verá, lo importante es superar el record personal con otros 2000 GB. Es como si trataran de ganarle al Alzheimer. ¡Qué previsivos! guardando todos los momentos de la vida, relevantes momentos, antes de perder la memoria.
No termino sin antes agradecerle a Phil de mercadotecnia, quien nos regala cámaras fotográficas de última generación que automáticamente capturan el momento cuando estornudamos y en la mejor resolución: 300 mega pixeles. De esa manera no perdemos ningún detalle, ni la más mínima quemadura, mancha, hendidura, forúnculo, cortada, protuberancia, arruga, lunar, espinilla, resequedad, y en fin, ninguna de las imperfección de nuestra cara, todas ellas dignas de ser publicadas en Internet. Porque seamos honestos, no hay nada más sensual y romántico que un primer plano con ojos rojos.
La posibilidad de repetir una y otra y otra vez, hasta encontrar el mejor ángulo, es decir, el que oculta su fealdad natural es ¡ALTAMENTE! Hijueputa.
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