martes, 1 de febrero de 2011

¡Altamente! guerrero.


Maldigo la hora en que se inventaron las convenciones de Ginebra: leyes y reglamentos para humanizar la guerra, en resumidas cuentas: una forma de hacerla menos divertida. ¿En dónde quedaron aquellos tiempos en los que íbamos a la guerra a matar nazis y comunistas sin ningún remordimiento de consciencia? Todo era más sencillo: nosotros los buenos (ganadores) contra ellos los malos (perdedores, que digo, loooooosers). Mi alma se ve sumergida en un campo de minas anti-personales y gas pimienta, no veo como puede ser la carrera de militar un proyecto de vida llamativo para las nuevas juventudes desenfrenadas, especialmente con la gran variedad de profesiones disponibles; por nombrar algunas: bloguero, probador de videojuegos, objeto para experimentos del gobierno, proxeneta, falso pastor de una iglesia protestante (perdonarán la redundancia de falso y pastor). Hippies mugrosos con sus ideas de paz, que no entienden que, como algún desocupado alguna vez dijo: “la paz es un periodo intermedio entre guerra y guerra”; idealistas, mariguaneros, caricatos, de seguro leen y obtienen todas sus ideas de mis escritos.
Como es usual me tomaré el atrevimiento de preguntar ¿para qué le damos un fusil a un muchachito de 20 años y lo mandamos a Corea del norte si al mismo tiempo le vamos a negar la oportunidad de asesinar a diestra y siniestra? ¿No le quitan estas reglas todo el propósito? pobres muchachitos, ellos que han sido empoderados con la capacidad de discernir entre el bien y el mal se encuentran ahora encadenados por estas “leyes” de la guerra. Me parece que no se tiene en cuenta la larga lista de credenciales que los certifica como los próximos Rambos, como el tan honorifico grado de bachilleres que ostentan, además de un meticuloso entrenamiento de carácter motriz con plataformas especialmente diseñadas (Super Mario Bros y tetris) ¿se necesita algo más? ¡Ya basta! No deberían montarlos más en tanques de guerra con misiles y munición ilimitada, al hacer esto los frustramos; es como darle un caramelo a un niño y decirle que no se lo coma; es como ver a Dwayne “the rock” Jonson actuar de hada y no terminar decepcionado; es como darle un niño a un sacerdote y decirle que no; ¡que no lo bautice quiero decir!
Señores de Ginebra, yo creo que ustedes se tomaron todo la Ginebra del mundo cuando plantearon esta ignominiosa lista de NO SE PUEDE. Podrían explicarme ¿para qué existe la guerra si no se puede atacar una ambulancia a voluntad cuando se tiene la más mínima sospecha de que transporta a la familia de un moribundo soldado enemigo?... y a su pez dorado?

Tratar de humanizar la guerra es desconocer a Terminator y es ¡Altamente! Hijueputa.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hay en relación a su escrito una frase muy similar: "Libertad, fraternidad e igualdad": esas personas la tienen como lema en sus escritos y demás. Empero, se sabe que muchas cosas de la vida privada hay: saber maniobrar el timón con seguridad y cautela; más sin embargo, si una persona utiliza un objeto que se ha de sentir identificado, y no está jorobando a los demás, a ese sujeto: lo expelan de su trabajo, ó,simplemente, le aherrojan. ¡Viva!, el país de los derechos humanos; el que constantemente está parlamentando: "fraternité, égalité et liberté".

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  3. Muy respetable, erudito y particularmente honorabilísismo Señor Don Altamente Hideputa.

    Pongo en manifiesto que si bien hayó en el fondo del texto una posición crítica, grata y sobre todo, bien argumentada, sobre los alcances y la necesariedad de la guerra, un tic que incomoda la lectura y es que encuentro un poco excesivo el uso del recurso de la ironía, ruegole pues por ello, tenga en a bien este comentario, que no pretende de ninguna forma incomodarle, faltaría más que yo, en mi infondable ignorancia pudieré atreverme a la osadía de sugerirle arreglos al estilo que su infinita sapiencia devela en sus escritos; este comentario lo hago amigablemente como un ruego que me permito por la fidelidad de asidua lectora a quién le interesara sobremanera gratificarse el alma con tan impolutas e inmarsecibles reflexiones.

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  4. Querido amigo CREÉRTE tienes toda la razón tu ignorancia es infondable.

    Además, ¿irónico YO? Núnca, jamas me atrevería a tan excelente y maravilloso recurso.

    Gracias por tu comentario queridisimo amigo ALTAMENTE hijueputa.

    PD: Usted ha usado varios seudonimos para comentar mis escritos ¿no será que busca ocultar su homosexualismo latente?

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