martes, 1 de marzo de 2011

Altamente llorón.

Wally: un robot con sentimientos. Toda una pieza maestra de Disney, por supuesto que dista mucho de ser un clásico, eso lo dirá el tiempo, pero es innegable que nos brinda un buen momento de ocio. Traigo a colación a este tierno personaje ya que es una clara excepción de uno de los mayores fiascos del cine y la televisión: robots con sentimientos. Es muy importante tener esto presente, él es el único caso conocido por la humanidad que no aplica a esta chapuza. Desafortunadamente, hoy en día los escritores, cortos de inspiración, se dedican a diseñar personajes mecánicos que sufren, lloran, se enamoran y mueren.
¿Cuándo se generalizó la idea de que los robots sienten? Es como si los escritores trataran de atormentarnos eligiendo autómatas para los roles que por naturaleza le corresponden a las mujeres. Claro y qué mejor para enamorarse que un montón de cables, baterías, programas piratas y motores. Ahora, ¿qué otros robots conocemos que tengan sentimientos? R2-D2 y C3-PO los robots homosexuales de la guerra de las galaxias; Robocop un policía que se prende y se apaga aplaudiendo; Terminator 3, no 1 ni 2, me refiero a la TRES, porqué 3 no siempre es más que 1 y 2, 1 + 2 no siempre da 3, pero 8 acostados es infinitoooooooooooooooooooooooooooooooooooo.
El siguiente fragmento pertenece al refrito de Terminator 3. Vamos al minuto 1:22:00 que deberá bastar para mostrarnos hasta dónde puede llegar la idiotez de Hollywood. Aquí podemos ver a un cyborg diseñado para matar solucionando un problema del Windows Vista a punta de golpes. Claro todo aparato que falla se arregla a punta de golpes, de no ser por el pequeño detalle de su expresión de ira y sufrimiento no sería ganador del tercer ¡ALTAMENTE! HP (premio no anual, entregado aleatoriamente a lo más denigrante que se me ocurra).
Robots que lloran es un concepto machista, porque le roba el trabajo a las actrices, y es !ALTAMENTE¡ Hijueputa.

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